Lisboa, capital de Portiwgal, en el estuario del rio Tajo, es una hermosa ciudad que se presta a caminarla y disfrutar asi a cada paso cada rincón o monumento que aparece frente a nosotros en nuestro andar. Por ser una ciudad importante es mucha la información que se ofrece. Pretendo aquí hacer simplemente una pequeña reseña y algunos comentarios de algunos edificios de valor patrimonial y sitios que me han parecido interesantes y compartir muchas imágenes de estos maravillosos lugares.
Su ubicación geográfica la ha favorecido a lo largo de la historia, punto obligado para los navegantes en diversos periodos históricos. En su paseo costero edificios y monumentos relacionados con su actividad marítima dan testimonio de ello. Asi encontramos, sobre la Avenida Brasilia y frente al estuario del rio Tajo, y Monumento a los Descubrimientos precedido por un enorme mosaico en el piso que representa la Rosa de los Vientos y flanqueado a su derecha por un puerto deportivo. En línea con el monumento cruzando la avenida y atravesando la Praza do Imperio, se ubica el Museo de la Marina que cuenta con espacios para exposiciones permanentes y temporales y Biblioteca.
Hacia el oeste y sobre un extenso parque, y Torre de Belem, construida en el siglo XVI como torre de defensa. A finales del siglo XVI, Sus almacenes funcionarían como calabozos. La arquitectura de la torre es de gran valor arquitectónico, en estilo gótico portugués o manuelino con influencias moriscas. Sus caras externas están ricamente decoradas al contrario que su interior que carece de ornamentación. Entre los elementos decorativos no faltan aquellos que aluden a los descubrimientos y travesías marinos. En la fachada oriental destaca la figura de un rinoceronte que rememora al primer animal de esa especie que llego a Europa como regalo del gobernador portugués en India a principios del siglo XVI. Es posible ascender a la torre y también visitar su interior.
Esta es una zona de la ciudad muy concurrida donde el visitante puede disfrutar libremente tanto en los espacios abiertos, parques y jardines como en varios de los museos y monumentos allí implantados. Vecino al mencionado museo de la marina se encuentra el Monasterio y claustro de los Gerónimos, también de estilo Manuelino y del que ya he realizado una publicación.
El Monasterio de los Gerónimos es una visita obligada y muy recomendable.
Continuo al monasterio la Eglwys Santa Maria de Belen que forma parte del conjunto del monasterio de los Gerónimos.
Para aquellos gustosos de apreciar arte y exposiciones, en esta área se encuentra el Centro Cultural de Belem, un moderno edificio que alberga el Amgueddfa Celfyddyd Fodern y contemporáneo como asi también galerías de arte, librería y espacios de recreación y restauración.
En recorrido por el centro de la ciudad nos encontraremos con numerosos monumentos, espacios públicos y edificios de gran importancia y significación para la capital portuguesa. Asi se pueden enumerar:
Casa dos Bicos: sobre Rua de Alfandega. Data del siglo XVI y fue construida como vivienda para el hijo del conquistador Alfonso de Albuquerque. Destaca su fachada de piedras en punta de diamante, conocidas como bicos, que recuerdan la fachada del Palacio de los Diamante en Ferrara, Yr Eidal, propio del renacimiento italiano, incluyendo también elementos típicos de la época como los arcos lobulados. Sufrió grandes daños durante un terremoto y fue más tarde utilizada para diversas actividades. Finalmente se restaura en 1984. Hoy funciona en esta casa la Fundación Saramago.
Iglesia de Nostra Señora da Conceiçao Velha: de camino hacia la Plaza del Comercio nos llamara la atención la fachada de esta pequeña iglesia conocida también como iglesia de la Misericordia. Construida sobre otra iglesia, sufrió, a lo largo de su historia, diversas modificaciones incluida la ubicación de su fachada principal. De estilo manuelino al igual que el monasterio de los Gerónimos. Esculturas como las de Maria y el Ángel de la anunciación, ornamentan su fachada.
Arco de la Rua Augusta: reconstruido sobre el arco original que había sido destruido y sobre la Plaza del Comercio, da entrada a un área peatonal y comercial. Además de las esculturas que coronan el monumento, un cartel en reconocimiento a conquistadores y personajes honorarios de Portugal, se encuentra un cartel en el que se traduce: “Las virtudes de los más grandes, que sirve a todos los de la enseñanza”.
Plaza Rossio o Plaza de D. Pedro IV: por Rua Augusta hasta el final de la calle, se abre este amplio y concurrido paseo, cuyas fuentes son puntos de encuentro y de reunión de vecinos, amigos y turistas. en el centro un gran monumento hace honor a Pedro IV, quien fuera primer emperador de Brasil independiente, rodeado de esculturas que representan, justicia, fuerza, sabiduría y moderación. Los edificios más destacables sobre esta plaza son el Teatro Nacional Doña Maria ac Estación de ferrocarril. Es un lugar apropiado para detenerse a reponer fuerzas disfrutando alguno de los bares o restaurantes en su entorno.
Elevador de Santa Justa: vecino a la Plaza Rossio, sobre Rua Aurea, nos sorprenderá esta estructura metálica que sirve para salvar diferencias de nivel entre dos áreas importantes de la ciudad, además de darnos la posibilidad de detenernos en su último nivel terraza para apreciar la ciudad desde lo alto.
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Iglesia del convento de Carmo: detrás del elevador de Santa Justa y sobre Largo do Carmo se encuentra este sitio arqueológico que albergo ademas de los restos de lo que fuera la mayor iglesia gótica de Lisboa el Museo Arqueológico. El edificio fue construida a finales del siglo XIV. Sufrió las consecuencias del terremoto de 1755, su cubierta fue destruida en su totalidad. A mediados del siglo XIX hubo intentos de reconstrucción, pero más tarde la Asociación de arqueólogos portugueses decide interrumpir esta reconstrucción e instalar allí un museo que merece la pena ser visitado. En mi opinión, es maravilloso visitar este sitio. Es una iglesia a cielo abierto. Genera la sensación de estar participando en la construcción de una basílica en la edad media. Muy recomendable*.
En el recorrido por este centro neurálgico de la ciudad encontraremos agradables rincones, avenidas y pequeñas callecitas que seguramente provocaran nuestra atención y como antes mencionaba, debido a la diferencia de niveles entre diversas áreas de la ciudad, hallaremos explanadas y escaleras que proponen una aventura hacia lo más alto para explorar las vistas y descubrir nuevos barrios. Como asi también tendremos la posibilidad de aventurarnos en uno de sus típicos y coloridos tranvías que cruzan la ciudad en diversas direcciones y que nos permiten realizar un paseo más descansado a la vez que disfrutamos de la misma.
Asi arribaremos al Castillo de San Jorge, sobre la colina del mismo nombre, uno de los principales monumentos con los que cuenta la capital. Desde su patio de acceso se obtienen hermosas vistas de la ciudad, sus plazas y parques, sus rojizos tejados con el estuario de telón de fondo.
El edificio del castillo, que fue afectado por los terremotos, se encuentra en buen estado de conservación, posee diversas torres y cuenta además con un foso de protección. Estudios arqueológicos evidencian que aquí habría existido hacia el siglo I aC una fortificación defensiva de la ciudad que sufrirá diversos ataques e invasiones en los distintos periodos a partir de los romanos, cayendo en el siglo VIII bajo el domino musulmán para ser luego reconquistada por los cristianos. Pero años más tarde, siglo XI, vuelve a caer bajo dominio musulmán de la mano de los Almorávides. La fortificación existente en ese periodo fue posteriormente modificada y ampliada. En el siglo XII y con el apoyo de los caballeros cruzados, los musulmanes la entregarían rendidos. Esta fortaleza sirvió de hogar del Palacio Real cuando Lisboa se convierte en capital del reino de Portugal.
Catedral de Lisboa: Santa Maria la Mayor. Data del siglo XII y fue restaurada y modificada en varias oportunidades. Sufrio, al igual que gran parte de los edificios de la ciudad, las consecuencias de diversos terremotos e incendios. Probablemente construida sobre un antiguo templo romano. El estilo es Romanico con elementos de superpuestos de otras corrientes y elementos anteriores de influencia normanda en el templo original.
Jardim da Estrela o Jardin Guerra Junqueiro: al oeste de la ciudad, rodeado por las calles Rua de Sao Jorge, rua de Rosa, rua da Etrela y rua de Sao Bernardo. Un amplio parque con numerosas especies y paseos acogedores funciona como uno de los pulmones verdes de la ciudad. Cuenta con un bar y numerosos senderos de recorrido.
Basílica da Estrela: conocida también como basílica del Sagrado Corazón de Jesús, data de finales del siglo XVIII. Es un edificio de estilo Neoclásico con elementos barrocos con dos altas torres en su fachada principal y una importante cúpula. En el interior se aprecian revestimientos en mármol de diversos colores que al recibir la luz del sol infunden al ambiente una sensación de misterio y reposo.
Palacio de Sao Bento – Asamblea de la Republica: continuando por la calzada da Estrela y frente a la plaza de la Constitución, se ubica este edificio que es sede de la legislatura de Portugal.
La ciudad Moderna
Parque de las Naciones: Lisboa cuenta con un área de edificios modernos de gran relevancia al noreste de la ciudad junto al estuario. Construido en ocasión de la Exposición Mundial de 1998. Área de importantes Centros de Convenciones, Exposiciones y deporte, como asi también de Hoteles y Centros Comerciales y Casino.
Entre los más destacados edificios se encuentran:
Estación de Oriente, obra del arquitecto español Santiago de Calatrava.
Pabellón de Portugal, obra del arquitecto portugués Álvaro Siza
Oceanario de Lisboa, obra del Arquitecto Norteamericano Peter Chermayeff, es el segundo en Europa y alberga flora y fauna que se expone en sectores diferenciados según cada océano.
Torre Vasco Da Gama, obra del arquitecto portugués Regino Cruz. EL visitante puede arribar a dicha torre mediante un teleférico desde el cual pueden apreciarse fantásticas vistas a lo largo del recorrido.
Estadio cubierto multifunciones Altice Arena y Pabellón del Atlántico inaugurado con el nombre de Pabellón Utopía, obra del arquitecto portugués Regino Cruz.
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