Agustinergasse, Zürich. Balkone und Charme in einer Ecke der großen Stadt.

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Agustinergasse, Zürich. Schweiz

Si hay una calle por la que no deberíamos dejar de caminar, und genießen Sie zum Entspannen, in der Altstadt von Zürich, dies ist Agustinergasse.
Zürich, Wie ich in der Publikation erwähnt in dieser Stadt gewidmet, Es bietet seinen Besuchern, una infinidad de posibilidades para disfrutar. Ya sea en una visita cultural y patrimonial hasta una caminata por parques, Begründung, lago, sin dejar de mencionar la posibilidad que ofrece la gran cantidad de tiendas de todo tipo a lo largo de sus calles y centros comerciales.
Creo que cuando visitamos y recorremos las ciudades, hay siempre algo que llama nuestra atención o despierta nuestro interés. Particularmente creo que Agustinergasse, es uno de esos sitios, es una callecita disfrutable para todo tipo de visitante además de ser un paseo muy recomendable.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La calle nace, o remata, según desde uno inicie el recorrido, en Bahnhofstrasse y a medida que nos vamos alejando de esta concurrida calle comercial y nos vamos internando en Agustinergasse, parece que también nos alejáramos en el tiempo o que el tiempo se detuviera para permitirnos disfrutar de cada una de sus delicadas fachadas sus coloridos balcones y ese ambiente tan particular que se respira en esta parte de la ciudad antigua.

 

Bahnhofstrasse
Bahnhofstrasse
Agustinstrasse

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cada Balcon en sus fachadas, presenta su especial caracteristica. De variados colores y ricos diseños, saltan a nuestra vista e invitan a detenernos a admirar su particular belleza. Se trata de Balcones cerrados que parecen asomarse a esta curiosa calle de Zurich a participar con los visitantes en su andar y su paseo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

También es posible allí o en alguna de las calles aledañas, detenernos a tomar algo en alguno de sus pintorescos bares. La calle nos invita a internarnos en el barrio, caminar por esas delgadas callecitas tan características en esta área de Zurich, que nos permite tomar el paseo con más calma, aislados del bullicio y el movimiento vertiginoso que suele encontrarse en el resto de la ciudad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Es la misma calle, el mismo barrio, el mismo ambiente, lo que nos hace bajar la marcha, haciéndose casi imposible no detenerse a admirar su arquitectura y patrimonio, que quienes así lo mantienen, han sabido ponerlo en valor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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