De viaje por Mallorca, el pueblo de Valldemossa, de poco más de 2000 habitantes, se convierte en un paseo casi obligado para el visitante. Ubicado a 20 kilómetros de Palma de Mallorca a 430 metros sobre el nivel del mar sobre la sierra de Tramontana, este pequeño y a la vez encantador pueblo, ofrece monumentos de gran valor Patrimonial como lo son los que alberga la Real Cartuja de Valldemossa, así como también invita a un interesante recorrido por sus callejuelas estrechas, sus plazas y miradores, que ofrecen una magia particular. Diversas fuentes y una rica vegetación aportan a Valldemossa una sensación de tranquilidad durante todo el itinerario.
Valldemossa podría haber nacido como una comunidad agrícola ganadera, comunidades conocidas en la edad media como alquerías, un conjunto de casa vecinas a las ciudades compuestas por fincas y casas de labores donde las familias se dedicaban a la explotación de la tierra y cría de ganado. Mas tarde estos poblados irían evolucionando, estableciéndose allí residencias de mayor importancia que otorgarían al conjunto un aspecto diverso en cuanto a su arquitectura y función.
Durante el periodo de dominación islámica, siglo VIII, se habría establecido en el Valle un noble de origen árabe, llamado Mussa de quien se cree deriva el nombre de Vall de Mussa, luego Valldemossa.
El punto principal de la visita es el Conjunto Monumental conocido como La Real Cartuja de Valldemossa, Cartoixa de Valldedmossa, en mallorquín.
Visita al La Cartuja
Dentro del conjunto encontraremos diversas estancias y exposiciones que resumen lo que fuera la vida en este palacio. Siguiendo un itinerario ordenado, podremos encontrar los siguientes puntos de interes:
A. Iglesia: Es el primer edificio al iniciar nuestro recorrido. De planta en forma de cruz latina con una ricamente decorada cúpula sobre el crucero, esta iglesia neoclásica cuenta con obras de varios artistas como el escultor catalán Adrià Ferran, autor del retablo mayor y la imagen de Santa Catalina Thomas, nacida en Valldemossa. Las imágenes que hoy se aprecian en la iglesia son copias cuyos originales han sido ubicados en la catedral de Mallorca. Tanto en la iglesia como en la sacristía pueden apreciarse obras de diversos artistas como por ejemplo el artesano mallorquín Sebastián Muntaner.
B. Farmacia: siguiendo el recorrido nos encontraremos con la farmacia Monástica, fundada por los monjes en 1722, quienes preparaban las medicinas mayormente con plantas medicinales obtenidas de sus propias huertas. Aquí se pueden apreciar contenedores utilizados para conservar las medicinas y también las herramientas y equipos utilizados para su fabricación. Como se podrá apreciar, muchos de estos recipientes están ricamente decorados con los más diversos motivos.
C. La Celda del Prior de la Cartuja – Celda Priorial: aquí se encuentran un oratorio privado, la biblioteca, una sala de audiencias, su dormitorio y comedor y los jardines. Aquí estuvo cautivo Gaspar de Jovellanos. También aquí se exponen recuerdos de la santa mallorquina de quienes los monjes eran devotos, Santa Catalina Thomas. Es posible desde aquí acceder a los jardines.
D. Colección Frederic Chopin y George Sand: en la antigua celda de uno de los monjes cartujos, estuvo alojado Chopin en el año 1838. Llego a la Cartuja junto con su pareja la escritora francesa Amandine Dupin mas conocida por su seudonimo, George Sand y los dos hijos de ella. Aquí se exponen diversos objetos de los artistas, incluyendo entre ellos partituras, cartas, manuscritos y originales de sus obras como así también diversos dibujos y objetos personales como la silla descripta por la escritora en su obra “Un invierno en Mallorca”.
E. Colección Guasp Xilografías: en esta sala del Museo Municipal, dentro del conjunto de la Cartuja, se exponen diversas xilografías, material gráfico, matrices xilográficas y la original prensa que formaban parte de la Imprenta que perteneciera a la familia Guasp, la tercera imprenta en importancia en Mallorca y que se mantuvo funcionando desde 1576 hasta 1958.
F. Colección Archiduque Luis Salvador de Austria: objetos pertenecientes al archiduque obtenidos en sus diversas travesías a lo largo de su vida, como así también manuscritos, pueden ser apreciadas en también en esta sala del Museo.
G. Pinacoteca: aquí se exponen obras de artistas nacionales e internacionales muchas de las cuales describen Mallorca y su entorno paisajístico.
H. Museo de arte Contemporáneo: se exponen aquí obras de autores del siglo XX. Miro, Picasso, Jorge Luis Borges, entre otros importantes artistas contemporáneos.
I. Sala de Conciertos: En esta sala, se ofrece a los visitantes un recital de piano de unos 15 minutos de duración, donde se interpretan obras del maestro Chopin.
Los Jardines: desde cada una de las celdas es posible el acceso a los jardines, en los cuales merece la pena detenernos para disfrutar la tranquilidad que los mismos ofrecen como del encantador paisaje el cual fue apreciado por la gran cantidad de artistas y personalidades que por aquí pasaron.
J. Palacio de Sancho: El origen del Conjunto de la Cartuja, se inicia con la construcción del Palacio de Sancho en el siglo XIV, un edificio residencial que el Rey Jaime II construyera para su hijo Sancho, de acuerdo a diversas interpretaciones, edificado sobre lo que fuera la residencia del mencionado Mussa, quien diera origen al nombre de este pueblo de Valldemossa. Pasando luego, este palacio, a ser castillo para descanso de la monarquía de Mallorca. A finales del siglo XIV, al finalizar la monarquía, el palacio es cedido a los frailes cartujos, quienes lo habitaron hasta mediados del siglo XIX. Los monjes realizaron diversas reformas, convirtiendo al palacio en monasterio, pasando a ser la plaza de armas, el claustro de la residencia, así como también otras dependencias fueron convertidas en capillas y celdas. Lo que fuera la iglesia gótica, al norte del conjunto, es hoy día sala de conciertos. En el siglo XVIII se iniciarían los trabajos de ampliación. Finalmente, a mediados del siglo XIX, la Cartuja pasa a manos privadas, siendo lugar de acogida de celebres artista como Unamuno y Rubén Darío. El palacio fue ricamente decorado y más tarde abierto al público.
El horario de apertura para el conjunto de La Cartuja es de 9:30 a 19 hs en los meses de mayo a septiembre. La taquilla para compra de entradas cierra media hora antes del cierre del Conjunto. El resto del año se encuentra abierta al público, pero con horario más reducido. El 25 de diciembre y el 1 de enero, permanece cerrado. El costo de la entrada es de 9.50€ para los adultos, 4€ para niños entre 10 y 14 años, 7.50€ para mayores de 65 años y 6€ para estudiantes. Para grupos de más de 6 personas el precio se reduce a 6€ por persona.
Saliendo del Conjunto de la Cartuja, el pueblo de Valldemossa, con sus arboladas y tranquilas callecitas, nos invita a recorrerlo. Encontraremos en el camino diversos bares y restaurantes donde saborear comidas típicas mallorquinas y otras especialidades. Un dulce especial es la llamada “Coca de Patata” que puede ser acompañada tanto por una bebida refrescante como por un delicioso café o chocolate caliente.
Si bien la altura le da una frescura especial, es recomendable, si nuestra visita es en verano, realizar el recorrido en horas tempranas por la mañana cuando el aire es más agradable o cuando cae el sol y las callejuelas y plazas comienzan a animarse con visitantes y comerciantes que ofrecen los más diversos productos.
Llegar hasta Plaza Pública, sobre carrer Sa Plaça o hasta Sa Miranda al final de calle Jovellanos, puede ser una buena excusa para realizar un recorrido por las atractivas y pintorescas callecitas del pueblo.
La Plaza Publica fue antiguamente centro de actividades comunales y mercado, aquí puede apreciarse un edificio con arquería de dos niveles que funcionaba antiguamente como posada.
El Arco de Sa Miranda sirvió de nexo hacia el exterior desde el conjunto de la Cartuja, desde el accedemos a Plaza Rubén Darío y a un mirador a los pies de la torre del “Hostes”.
Vecino a esta plaza, en Calle Rectoría N°5, se haya otro punto de interés como lo es la Casa Natal de Santa Catalina Thomas que nació en Valldemossa a mediados del siglo XVI. Es la única santa mallorquina y muy venerada en la isla. Podemos observar esta devoción en los azulejos que cuidadosamente los vecinos colocan en el frente de sus casas, como así también estandartes con su imagen que podemos apreciar en distintos edificios y calles.
Valldemossa tiene un encanto especial, tanto por su ubicación, su fisonomía, su conformación urbanística y su arquitectura como por el cuidado con el que sus pobladores mantienen sus fachadas y entorno.
Si luego del recorrido por este bello pueblo, deseamos disfrutar de las cristalinas aguas y playas que también aquí nos ofrece el Mediterráneo, una opción, no muy lejana es el Puerto y Marina de Valldemossa. En un recorrido de 8 kilómetros, que nos tomara unos 20 minutos, debido a la sinuosidad del camino, arribaremos a Sa Marina. En esta preciosa cala desemboca un torrente y allí mismo se ubica un puerto de pescadores. Las playas son accesibles y se abren para darnos la posibilidad de un placentero baño refrescante. También aquí encontramos un restaurante e infraestructura sanitaria.
Valldemosa, un atractivo paseo cultural, para disfrutar y realizar en medio dia. Un fantástica escapada para conocer parte de la historia y la cultura de esta isla, disfrutando ademas de un pueblo con encanto y unas maravillosas vistas que ofrece el lugar desde su privilegiada ubicación.
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