– 2020 – El año que el Planeta sufrió de estrés

La foto corresponde a la playa de Herzliya Pituaj – Tel Aviv – Israel
He llamado a esta foto: “Con el sol en mi mano”
Creo que hoy representa perfectamente los pensamientos que aqui expreso.

Vale aclarar que estos son solo mis pensamientos, mis ideas, mi forma de ver y comprender esta situación que estamos viviendo.Refiriendome al COVI 19 No pretendo enseñar ni mucho menos, es solo una visión como otras que podrán tener otras personas, pero lo tome como una tarea, casi una obligación para compartir con todos aquellos que quieran y tengan ganas de leerla y como yo preguntarse ¿Qué me está diciendo a mi este virus?

Muchas veces sentimos nuestro propio cuerpo, cansado, agitado, tenso o perturbado por nuestras exigentes rutinas, por el no parar ni un momento con el afán de hacer todo y mucho más de lo que el día nos demanda y nos permite, por ese correr incesante para poder tener todo lo que deberíamos tener para ser felices de acuerdo a lo que nos han hecho creer, los medios, la sociedad de consumo o las grandes corporaciones acerca de que es la felicidad, sin detenernos a pensar un solo instante que la felicidad está dentro nuestro.
Pues asi, como nuestro cuerpo estalla y reacciona con un dolor, un malestar, una angustia o una enfermedad, que no son fruto ni más ni menos del estrés con el que nos cargamos a nosotros mismos, asi nuestro querido Planeta se manifiesta para decirnos algo en tanta cantidad de ocasiones, que muchas veces no somos capaces de ver o no tenemos la valentía de reconocer. Y de ese mismo modo como nuestro cuerpo se expresa de la manera que el puede, a través de alguna dolencia física, mental o espiritual, el planeta nos habla, generando situaciones que parecerían ser ajenas a nosotros. No estaría tan segura que asi lo sean.

Cuantas cosas terribles, increíbles, a veces inexplicables suceden en esta tierra provocadas por el ser humano, que hasta hoy, parece no haber caído en la cuenta de que todos somos uno, de que vemos los errores y las faltas en los demás, pero no somos muchas veces capaces de verlas en nosotros mismos, viendo siempre “la paja en el ojo ajeno”, la culpa en los demás, y juzgamos y criticamos como si no fuéramos en parte responsables. De esta manera, sin mirarnos, sin intentar si quiera conocer y reconocer quienes somos y que hacemos, mirando y buscando la culpabilidad en el otro, difícil será que podamos cambiar algo, difícil será que cambien el sistema, los gobiernos o esa sociedad que tanto criticamos y que tanto nos molesta, porque estamos convencidos de que la culpa siempre la tienen los demás.

Hoy, en este “confinamiento” en el que nos vemos obligados a permanecer, miro hacia atrás, tan solo unas pocas semanas y vienen a mi mente tantas situaciones que alrededor de este enorme planeta, nosotros, sus habitantes, estábamos viviendo y que de repente se han aquietado. Situaciones que parecen haber llevado a nuestro gigantesco y querido hogar, a un punto de saturación o a lo que yo llamaría un “pico de estrés”, para decirnos _¡Para! Por favor, para que me estás haciendo daño….¡Para! Que te estás haciendo daño.
Asi comencé a hacer mentalmente una lista de sucesos y situaciones que hoy son distintas y que intentaré describir imaginando como serán esas situaciones y que pasara en esos lugares el día de hoy…. Seguramente han cambiado y tal vez ese sea el cambio que necesitamos, tal ves sea ese el cambio que el planeta nos está pidiendo.

Aquellos remotos países…. Me refiero a esos países de los que a veces hasta nos cuesta pronunciar sus nombres y que muchas otras no estamos seguros en que parte exactamente del globo se encuentran. Naciones en guerras y luchas permanentes, donde cada día muere gente inocente por las inescrupulosas luchas de poder de un puñado de poderosos que parecerían solo pensar en mantener su “reinado” o luchando por causas que para muchos de nosotros son incomprensibles. Realmente no se que pasara en esos países hoy, ya no están en las noticias. Las informaciones sobre el Covi se llevan la primera plana y la segunda y la tercera, con lo que los medios nos inundan cada día. Mas allá de lo peligrosa que pueda ser esta enfermedad desconocida y hasta hoy sin tratamiento acertado y de los cuidados que como ciudadanos responsables hemos aprendido a respetar, más allá de eso, creo que ese modo de información que muchos medios utilizan solo logran generar el pánico en la población y en mi opinión eso no ayudaría sino mas bien, todo lo contrario. Entiendo que se busque un modo de toma de conciencia pero el terror no creo q sea el mejor camino.
En fin…. si en esos países han cesado por un momento las luchas, los bombardeos, los enfrentamientos, tal vez sea un modo de respuesta hacia el planeta y a los habitantes que viven en esas regiones de conflicto …. Tal vez allí el aire se un poquito masa respirable… tal vez allí los seres humanos encuentren un poco de sosiego.

Contaminación, polución y calidad de vida. Es bien conocido por todos que muchas grandes ciudades, con gran concentración de población, vehículos y transportes con sus humos y sus ruidos constantes, perturban la calidad de vida de sus habitantes al punto de no poder respirar aire puro ni mucho menos contemplar un cielo claro, sino una turbia niebla debida a las emanaciones de tantos autos, autobuses y demás. Pues allí, hoy hay quietud, el aire comienza a ser aire sin tantos gases dañinos que lo contaminan, los ruidos disminuyen y en lugar de motores y bocinas tal vez mujeres y hombres sienten un alivio… tal vez también, comienzan a escucharse entre sí. Aquí también el planeta está respirando aire puro, eso que nos viene pidiendo desde hace tanto tiempo y que hoy se manifiesta de esta manera tan terrible como triste y preocupante. También imagino que muchas fábricas, que sin ningún tipo de respeto desechaban sus residuos en la naturaleza, tal vez no estén funcionando porque el personal debe quedarse en casa, pues allí también la naturaleza siente un alivio.

Manifestaciones y marchas. Alrededor de todo el planeta veíamos cantidad de personas en las calles, diversos grupos pertenecientes a distintos colectivos, reclamando por sus justos derechos, derecho por una jubilación digna, derechos a ser incluidos en la sociedad sin tener en cuenta el sexo, la religión o la afinidad política, igualdad de género y equiparación salarial, derechos a más y mejores fuentes de trabajo, derecho a que la justicia social sea realmente justa y muchos etcéteras. Pero junto con estos dignos manifestantes se expresaban también algunos grupos que yéndose a los extremos, transformaban la libre y genuina expresión propiamente en una batalla campal, en plena calle y contra sus propios vecinos que solo buscaban hacer oír sus voces. Pudimos ver como esos extremistas sin conciencia ni respeto alguno, destrozaba todo tipo de equipamiento urbano que encontraran por delante, quemaba autos estacionados, rompía cajeros automáticos y vidrieras de negocios como pudimos ver, por citar solo algunos casos, en Paris y otras ciudades francesas o en una Catalunya dividida en dos, o en distintas ciudades de Latinoamérica donde la manifestación pacífica es tan difícil de llevar a cabo. Pienso también en los pañuelos multicolores que teñían las calles de tantas ciudades, reclamando lo que para cada uno era justo, muchas veces de manera agresiva como modo de imponer sus deseos, mezclando y confundiendo conceptos de vida y de muerte con derechos y sin parecer importarles nada mas allá de sus gritos o proclamas… sin entender al otro…. Pues hoy, ni los justos manifestantes ni los grupos agitadores o extremos circulan por las calles. ¿Sera que la tierra también aquí nos esta queriendo decir algo? ¿Sera que también nos dice, ¡Para! Mira tu interior, conócete y respétate para asi luego poder respetar al otro….? ¿Será que también quiere decirnos que no somos los dueños de la verdad absoluta y que es enriquecedor saber apreciar otros puntos de vista?

Necesidades, hambre, refugiados, caminantes. Hemos visto largas columnas de personas caminando largas rutas, abandonando sus países, atravesando fronteras o al menos intentando hacerlo, bajo el sol, la lluvia o las tormentas, sin detenerse ni rendirse porque deseaban llegar a un lugar donde establecerse, trabajar y poder darle a sus hijos un lugar digno donde desarrollar sus vidas. Tampoco ellos están hoy en las noticias y probablemente su marcha se ha detenido. Tal vez ellos también estén pensando en si esa era la mejor opción o tal vez estén fortaleciéndose para poder algún día continuar con su sueño. Aquellos que han logrado llegar a algún país de acogida, hoy están donde seguramente querían estar y desde allí les tocara afrontar esta situación que nos afecta a todos, pero ellos hoy al menos con la tranquilidad de estar en un país que ha querido recibirlos. No nos llegan tampoco noticias sobre el hambre en el mundo y eso si que seguramente sigue existiendo, pero la exigencia de hoy es combatir este terrible virus que vino a sacudirnos y ojalá que a despertarnos, para que una vez superado podamos tener una mente nueva, una cabeza mas abierta y que podamos ver que pasa más allá de la puerta de entrada de nuestra casa o de nuestro barrio y asi poder aportar nuestro granito de arena.

Gobiernos, políticos, oposición y corrupción. Poco se escucha estos días sobre debates, propuestas, discusiones y mucho menos litigios entre funcionarios de gobierno y oposición, quienes en arduas luchas por imponer sus opiniones, terminaban agrediendo al otro por el simple hecho de que sus políticas eran diferentes a las propias. Aunque en realidad a todos debería unirlos una sola cosa, que es el bien común, la justicia social para todos y cada uno de los ciudadanos. Pero muchas veces la soberbia podía más, al punto de mostrar a muchos de estos individuos, defender descaradamente su postura, pareciendo no importarles nada mas que su propio yo. Tampoco escuchamos noticias sobre la justicia que parecía distraerse cuando toca hacerse cargo, llevando a la población a la furia y a la confusión general donde lo que en algún momento fue evidencia del proceder corrupto de algún funcionario, parece luego ser que no lo era tanto y aquellas pruebas que evidenciaban un delito hasta de asesinato, hoy se han diluido en palabras vagas o confusas interpretaciones. No se que viene a decirles el CoVi a todas estas personas, pero creo que hoy en sus hogares tendrán tiempo de pensar sobre su proceder. Vemos hoy a los políticos unidos y en concordancia ante este mal que nos afecta a todos, ojalá también sirva para que encuentren el camino de hacer política de una manera digna, ojalá se escuchen, ojala se respeten y ojala, quienes no lo han hecho hasta hoy, respeten a toda la ciudadanía.
Mi lista podría seguir, entrando en detalle de miles de situaciones que no he mencionado y que de una manera u otra afectan al ser humano y a nuestro querido planeta, pero la idea de lo que quería exponer y que me ronda desde hace días en mi mente ha quedado en parte expresada. Y digo en parte porque a medida que pasen las horas, los días, las semanas, nuevas ideas y pensamientos vendrán.
Creo que lo importante es detenernos un momento, despertar, tratar de comprender lo que parece inexplicable. Preguntarnos: ¿Que viene a decirnos a cada uno de nosotros esta situación? ¿Qué cosas estoy haciendo? ¿Qué cosas estoy dejando de hacer? ¿Como me comporto con los demás y con el planeta?. ¿Qué cosas podría mejorar? ¿Qué significa respeto para mi?. En mi opinión, todas y cada una de estas preguntas podremos contestarlas una vez que hayamos detenido un momento a pensar, una vez que hayamos mirado en nuestro interior, una vez que hayamos reflexionado sobre nosotros mismos, sobre nuestros errores y aciertos, sobre nuestro ser puro, sin las influencias externas, sin los condicionamientos que nos impone y nos ha impuesto siempre la sociedad. Ojalá, cuando hayamos superado este difícil momento no seamos los mismos sino mejores personas para generar una mejor sociedad, un mejor planeta al que como nuestro hogar sepamos cuidar y valorar.

Tal vez hoy merece que reflexionemos y sobre todo pongamos en práctica aquella frase que nos legara Mahatma Gandhi y que dice:
“Seamos el cambio que queremos ver en el mundo”

Ana Lia Ceragioli – Marzo 2020